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Hasta pronto Hasselt

salir

July 3rd, 2017

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Bueno chicos, llegó el momento que nunca quería que llegase… el adiós a mi erasmus en Hasselt. Creo que si habéis estado leyendo mis entradas habéis podido palpar el entusiasmo con el que os contaba las cosas. Y os puedo asegurar que nada de eso ha sido fingido. Hoy puedo decir que llevo 10 meses viviendo en un sueño, una historia en la que me he descubierto a mí misma al mismo tiempo al que iba descubriendo la ciudad.  Una historia en la que me he enamorado de momentos, lugares y lo más importante, personas.

Llegué a Hasselt un 18 de septiembre sin saber muy bien a donde me dirigía, en que tipo de ciudad iba a vivir, que tipo de personas iba a conocer,… No recuerdo en qué momento pasé de estar en un lugar extraño a estar en casa, quizás no llegase ni a horas ni a días. Desde el minuto 1, recibí un cálido recibimiento por parte de mis compañeros en la residencia ks51. Nunca es fácil aparecer para quedarse en un lugar completamente desconocido, pero el encontrarse con personas que lo hacen fácil, es una de la mejor de las suertes que puedes tener. Y eso fue lo que me pasó a mí en Hasselt cuando coincidí con multitud de jóvenes con las mismas ganas de disfrutar de la vida que tenía yo.

Hoy miro atrás y los miro a ellos y decimos: cuantas horas hemos pasado en el patio bebiendo cerveza, en las cocinas haciendo los platos típicos de cada país, en las habitaciones viendo películas en inglés con subtítulos en multitud de idiomas para poder enterarnos todos,…  He convivido con gente de Holanda, Jordania, Austria, Alemania, República Checa, Camerún, Vietnam,… y esas caras que al principio eran extrañas, ahora mismo son familia. He hecho amigos en clase que saben que siempre tendrán una casa en España que les acoja, y yo una en Bélgica. Y es que el erasmus se dice que tiene algo especial: “lo que el erasmus une, no lo separa nadie”. El crear amistades que crucen países, mares, océanos e incluso continentes y que se mantengan en la distancia y en el tiempo puede ser considerado un tesoro.

¿Y qué ha tenido que ver Bélgica en todo esto? Bueno pues la elección de Hasselt, una ciudad en la zona flamenca, me hace estar orgullosa día a día cada vez que alguien me pregunta cómo ha ido. He vivido en una zona donde sus habitantes son acogedores por naturaleza, donde no hay absolutamente nadie que no te sonría por la calle y te alegre el día. He comprobado por qué este es el país del chocolate, las patatas y fritas y lo más importante, la cerveza. Con mi bici me he recorrido los rincones más remotos, el encendido de la catedral San Quintín por la noche se ha convertido en el icono que más me hace sentir como en casa. He pedaleado hasta terminar perdida en paisajes que nunca antes había visto, rodeada de lagos, montañas y animales. En definitiva, he exprimido al máximo cada uno de los detalles que se me han ido poniendo por delante.

Además, he disfrutado como una enana en cada visita con familiares y amigos de ciudades como Lovaina, Bruselas, Brujas, Gante y Amberes. ¡Qué bonita es la historia de este país y cuánto hay que aprender!. En todas sus calles, monumentos y pasajes me he puesto en la piel de los habitantes y me he sentido una más en sus luchas y revoluciones. He aprendido que el pueblo belga es uno de los más valientes y fuertes, y que tenemos que heredar o adquirir ese carácter.

Hoy estoy orgullosa de decir que el erasmus en Hasselt me ha cambiado la vida. En estos 10 meses he crecido como persona, volveré a España sin ser la misma, pero por haber cambiado a mejor. Todos esos rincones de los que hablo, palabras, gestos, miradas, me han ido moldeando. Y estoy segura de que: ¡necesitamos salir de casa! Hay que ir al extranjero, somos jóvenes y somos esponjas, nos creemos que sabemos de la vida pero para expandir nuestros horizontes es necesario convivir con otras culturas y probar nuestros límites. No estás seguro de ninguna creencia u opinión hasta que te ofrecen otras perspectivas y ese es uno de los aspectos más importantes en madurar como persona. Y creo que cualquier ciudad de Flandes es perfecta para la experiencia.

De modo que, espero que si alguien decide elegir Hasselt como destino erasmus, sea tan afortunado como yo en esta maravillosa aventura.  Y lo más importante, esto no es un adiós Hasselt, es un hasta luego. Te quiero Hasselt.

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