cronicas nocturnas
Crónicas nocturnas XXII:…
Recuerdo la noche en la que los cimientos de Saucepolis se tambalearon a causa de un pequeño animalillo inofensivo pero francamente repugnante. No, no es que las termitas amenazaran la estructura del edificio. Fue un pequeño roedor que se dignó visitarnos una noche de verano